Date un capricho con esta selección de embutidos ibéricos
Embutidos ibéricos, dos caracteres, infinitas posibilidades: guía para disfrutarlos
Cada uno de nuestros embutidos de bellota ibéricos representa una personalidad distinta, un carácter único diseñado para momentos diferentes. Te invitamos a descubrir sus matices para que disfrutes de una experiencia gastronómica completa.

El chorizo de bellota ibérico: el alma de la fiesta
- Su carácter: intenso, alegre y rotundo. Su aroma a pimentón y adobo tradicional evoca celebración y tradición compartida.
- En boca: ofrece un sabor potente, jugoso y persistente, con un equilibrio perfecto entre el magro de bellota y el toque cálido de las especias.
- El momento ideal: es el protagonista indiscutible de un aperitivo con amigos, la estrella de un bocadillo gourmet o el toque de sabor que transforma un plato de legumbres. Marida a la perfección con vinos tintos con cuerpo y quesos curados.

El salchichón de bellota ibérico: la expresión de la elegancia
- Su carácter: sutil, distinguido y complejo. Su perfume es más delicado, con notas de pimienta negra y los aromas de su larga curación en bodega.
- En boca: es pura finura. Su sabor es más suave al inicio, pero crece en el paladar, dejando un regusto largo, noble y lleno de matices a frutos secos.
- El momento ideal: perfecto para una tabla de degustación, para acompañar con vinos blancos secos o tintos ligeros, o para un disfrute personal y sosegado. Combina maravillosamente con pan de cristal, higos frescos o almendras.
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Preguntas frecuentes sobre embutidos de bellota ibéricos
Para disfrutar plenamente de la pieza de embutido de bellota, sácala del envase al vacío al menos 15 minutos antes de empezar a cortarla. Esto permite que el producto se oxigene y que sus aromas y sabores se expresen con toda su intensidad. Comienza haciendo un corte limpio y desecha la primera rodaja para apreciar la máxima frescura en el resto.
La longaniza es un formato más pequeño del chorizo o salchichón convencional o tipo vela. La longaniza se caracteriza por su forma de herradura, curvada y con un diámetro más pequeño, en lugar de la forma longitudinal del chorizo o salchichón. Por eso, la textura de la carne en la longaniza ibérica es más fina y jugosa.
La curación de los embutidos ibéricos es la etapa donde cada pieza desarrolla su carácter. Nuestro proceso es totalmente natural y se realiza en secaderos y bodegas centenarias aquí en Salamanca, donde las condiciones climáticas son idóneas. Durante varios meses, chorizos y salchichones de bellota reposan lentamente, sin prisas, permitiendo que el aire frío y seco del invierno y el calor del verano actúen sobre ellas. Este proceso de curación pausado es fundamental para que las piezas de embutido pierdan humedad, concentre sus sabores, desarrolle sus complejos aromas y alcance esa textura firme y perfecta que lo caracteriza.